Por: Juan Fernando Patiño Díez
Líder del programa Conexión Jaguar
ISA
La conmemoración del Día de la Tierra está más vigente que nunca. Desde sus orígenes en 1970 cuando se realizó una de las primeras movilizaciones cívicas a nivel mundial, para reclamar a los gobiernos y a la sociedad la protección de la naturaleza y sus recursos naturales, solicitando la creación de agencias y leyes para controlar y detener el aumento progresivo de la contaminación que ya se evidenciaba en ese momento. Entre las motivaciones de aquel entonces, se encontraban la contaminación de los suelos y fuentes de agua, problemas de calidad del aire, que ya estaban afectando la salud humana, además de la destrucción de ecosistemas y amenaza de extinción de cientos de especies, entre otras. Hoy estas problemáticas persisten y son cada vez mayores e insostenibles ante el acelerado desarrollo y crecimiento de la población y las economías. Por eso, un permanente llamado por la protección de los límites planetarios es cada vez más necesario en todos los niveles de la sociedad, y no se debe desaprovechar ninguna oportunidad para recordarlo.
Es así cómo debemos entender el Día de la Tierra como una conmemoración de todos los días, pues no basta solo un día del año para tomar acciones, para proteger el planeta en el que vivimos, que es finalmente el que propicia la vida, tanto de la especie humana como de las demás especies con las que coexistimos, y de las cuales dependemos. Por esto, el Día de la Tierra también podría ser considerado como el día de la vida, el día de todas las formas de vida y esta ocurre en todo lugar y en cada momento.

Es tan así, que hace un par de años la misma organización de las Naciones Unidas elevó el cuidado de la naturaleza y sus recursos naturales, al estatus de derecho humano. Buscando hacer cada vez más visible la gravedad de atentar contra la necesidad y dependencia humana de un medio ambiente sano, para el desarrollo de las vidas individuales y en sociedad, lo cual implicará un nivel de cuidado y vigilancia aún mayor y a escala planetaria.
Pero todo esto podría cobrar mucho más sentido si empezamos a entender y hacernos conscientes de lo que la ciencia y la naturaleza misma viene demostrando hace mucho tiempo, y es que, como especie humana, también hacemos parte de una infinita y compleja red de interacciones de mutua dependencia con los demás elementos de la Tierra; que somos parte integral del sistema planetario; y que es el único que tenemos. No hay nada de errado en el mensaje que recientemente transmitía de forma viral en los medios de comunicación un activista científico, con la frase “somos la naturaleza defendiéndose a sí misma”. Y tal vez, cuando como sociedad logremos comprender las profundas implicaciones de entendernos como parte de este planeta, seguramente defenderla ya no sea un esfuerzo necesario, porque se convertirá en un acto voluntario permanente de autocuidado en todas las esferas de la vida como individuos y como sociedad.
Así que feliz y consciente día de ese pedacito de tierra que somos todos y todas, que su protección sea la nuestra, la de nuestra madre, que permanentemente da y sostiene la vida en este hermoso y único planeta Tierra que habitamos.
2 comentarios en “Vivimos en la Tierra todos los días”
Gracias por regalarnos este bellísimo texto.
Anima advertir que las conexiones de ISA no están limitadas a interconectar los sistemas eléctricos en nuestras regiones; extendiéndose, en su proyección, a conectar con las diversas formaciones de la naturaleza y a incentivar acciones permanentes para la preservación del Planeta tierra como propiciador de vida.
Gracias Programa Conexión Jaguar
Celebramos inicio del Programa Conexión Puma con expectativa de convivencia respetuosa con nuestro gran felino.
Reserva Zafra, San Rafael Antioquia